La fuerza singular de la Nueva guía para la investigación científica consiste en introducir al alumno en el proceso intelectual real de la investigación científica, pues toma al educando de la mano y lo guía paso a paso a través del diálogo entre el investigador y el fenómeno de la realidad que se indaga. No es uno más de tantos “recetarios” sobre la
“mecánica de la investigación”, ni un libro de referencia que se limita a proporcionar información sobre aspectos particulares del proceso científico. Es una obra que integra magistralmente la epistemología científica (teoría del conocimiento científico) con la metodología científica, mediante ejemplos de la vida cotidiana, con un lenguaje sencillo, pero riguroso.
“mecánica de la investigación”, ni un libro de referencia que se limita a proporcionar información sobre aspectos particulares del proceso científico. Es una obra que integra magistralmente la epistemología científica (teoría del conocimiento científico) con la metodología científica, mediante ejemplos de la vida cotidiana, con un lenguaje sencillo, pero riguroso.
Después de más de treinta reimpresiones —’publicada por primera vez en 1996, bajo el sello editorial Ariel del Grupo Planeta, y libro de texto en universidades de Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú, Venezuela, Colombia y Centroamérica— se presenta la nueva edición de esta obra clásica, enriquecida sustancialmente sobre las experiencias adquiridas durante mi actividad docente a lo largo de más de treinta años y acorde con las nuevas exigencias y necesidades del sector educativo de los niveles medio superior y superior.
Entre las nuevas aportaciones de la Guía se encuentra la demostración de que la ciencia tiene sus raíces en el pensamiento de la vida cotidiana, es decir, el cálculo preconsciente de espacio- movimiento-tiempo. Este descubrimiento tiene profundas implicaciones pedagógicas, porque permite afirmar que prácticamente todo ser humano tiene la capacidad para ser científico, salvo que las condiciones sociales y educativas en que se desarrolla lo impidan.
De la misma manera, explica con meridiana claridad el papel particular de la ciencia dentro del “árbol de la vida y del pensamiento humano”, es decir, sus diez sistemas simbólicos principales, e invita a los jóvenes a dedicar su futuro al quehacer científico que les proporcionará una profesión con buena calidad de vida, en búsqueda de la verdad y con una praxis ética, tal como lo hicieron Marie y Pierre Curie, Konrad Roentgen, Noam Chomsky, Albert Einstein y Cari Sagan, entre muchos otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario