La circunstancia especial dé la situación geográfica privilegiada de Espalia, circundada per mares muy diversos, en <el punto clave de la comunicación entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo y con una dilatadísima
extensión de costas, ha tenido por consecuencia que nuestro país haya vivido vinculado de forma muy directa al mar, dependiendo de forma fundamental del mismo y de las comunicaciones marítimas, siendo, por ello, famosa cuna de navegantes y descubridores que, educados en tan dura escitola, fueron capaces de hazañas legendarias y maestros de nautas de otros países que hoy ejercen, sobre las aguas de los océanos, una hegemonía que a España correspondió hasta tiempos relativamente recientets.
El profesor, Lozano Rey, comentaba frecuentemente su emoción, esa emoción que se exalta cuando se está fuera de la patria, al escuchar durante una de sus estancias en Inglaterra, en el Museo Británico de Ciencias Naturales, y en boca de una relevante personalidad de la marina de aquel país, que los marinos ingleses, dominadores de los cinco océanos y piedra angular del poderío de su país, debían sus conocimientos a las enseñanzas heredadas de los balleneros vascos, con lo que rendía público homenaje a un trascendental magisterio.
Las necesidades económicas y alimenticias de un mundo progresivamente superpoblado, en él que la agricultura y la ganadería, fuentes tradicionales de la alimentación de los pueblos, no bastan ya para suplir las necesidades de los mismos, han llevado su atención y la de España entre otras naciones, hacia los recursos del mar, de forma que éste vuelve a provocar en la mente de los españoles—aunque por motivos diferentes—, una atención que, desgraciadamente, se había ido perdiendo poco a poco.
Y la pesca, profesión secular, piro empíricamente ejercida, se ha transformado rápidamente en una verdadera técnica, arropada al abrigo de un cierto número de Ciencias tan fundamentales como la Oceanografía biológica, la Física y la Química del mar y sobre todo al de una nueva y especial rama del saber, la Biología pesquera.
Es frecuente que los países latinos se inclinen más por el cultivo de las Letras que por el de las Ciencias y es tan cierta esta circunstancia que, incluso en personas de un nivel intelectual de cierta altura, lo mismo que no se concibe el desconocimiento de una escuela literaria, una modalidad del arte arquitectónico, la existencia de un famoso cuadro o la producción poética de un relevante autor, no extrañe en cambio, ni por ello se califique de inculta, a la i persona que crea que las ballenas son peces, que confunda a los moluscos con los crustáceos, que considere a las focas como «anfibios», que ignore que las angulas son las larvas de las anguilas, y que el paludismo no está provocado por las «emanaciones» o «miasmas» de los pantanos, sino por un microscópico animal inoculado al hombre por las picaduras de determinados mosquitos.
Contenido:
Primera parte: El medio ambiente
Cap. I.- Composición química del agua del mar
Cap. II.- Caracteres físicos de agua del mar
Cap. III. Los movimientos del agua del mar
Cap. IV.- Topografía, batimetría y geología Submarinas
Segunda parte: Biología marina
Cap. V.- Composición química de los seres marinos
Cap. VI.- La forma de los animales marinos
Cap. VII.- El color de los seres marinos
Cap. VIII.- Adaptación de los seres marinos en relación con la luz
Cap. IX.- Adaptación de los seres marinos a la presión
Cap X.- Adaptación de los seres marinos a la profundidad y a los movi- mientos del mar. Planeton, necton, y bentos
Cap. XI.- La alimentación de los seres marinos
Cap. XII.- La respiración de los animales marinos
Cap. XIII.- La estación y la locomoción de los seres marinos
Cap. XIV.- La reproducción de los seres mari- nos
Cap. XV.- Las migraciones de los animales marinos
Cap. XVI.- La lucha por la vida. Elementos defensivos y de ataque
Cap. XVII.- Las asociaciones de los animales marinos
Tercera parte: La fauna y la flora marinas
Cap. XVIII.- Peces perciformes
Cap. XIX.- La fauna marina. Protozóos, espongiarios y colentereos
Cap. XX.- Platelmintos, nematelmintos, troquelmintos, gefíreos, briozóos braquiópodos, foronídeos, que- tognatos y anelidos
Cap. XXI.- Artrópodos
Cap. XXII.- Moluscos
Cap. XXIII.- Los moluscos de aprovechamiento industrial
Cap. XXIV.- Equinodermos, hemicordados y cordados
Cap. XXV.- Vertebrados, peces agnatos, condroictios y osteisetios ganoideos
Cap. XXVI.- Peces clupeiformes y salmoniformes
Cap. XXVII.- Peces anguiliformes, mugiliformes y escombriformes
Cap. XXVIII.- Peces perciformes
Cap. XXIX.- Peces gadiformes, pleuroneetiformes y pediculados
Cap. XXX.- Reptiles y aves
Cap. XXXI.- Mamíferos
Cuarta parte: La pesca y el aprovechamiento de los seres marinos
Cap. XXXII.- Técnica, industria y economía pesquera. La pesca experimental. La investigación científico- pesquera
Cap. XXXIII.- Estadística y predicción pesquera. La sobrepesca. Piscicultura marina. Las cartas de pesca
Cap. XXXIV.- Puertos y barcos pesqueros
Cap. XXXV.- Los procedimientos de pesca. Aparejos y otros procedimientos de pesca diferentes de las redes
Cap. XXXVI.- Las artes de red. Otros procedimientos de pesca
Cap. XXXVII.- Importancia de la pesca en España su fomento y protección principales pesquerías españolas y extranjeras
Cap. XXXVIII.- La composición química y el valor alimenticio del pescado
Cap. XXXIX.- Procedimientos de conservación del pescado. Industrias del frío, ahumado, deshidratación y enlatado
Cap. XL.- Los subproductos de la pesca
Cap. XLI.- Los vegetales marinos útiles al hombre
Cap. XLII.- Razones y fundamentos de la legislación referente a la pesca
Cap. XLIII.- Los organismos rectores, asesores, investigadores y culturales relacionados con las actividades de la industria pesquera
Biología marina, pesca y aprovechamiento de los seres marinos – Fernando Lozano Cabo
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