Warma Kuyay es uno de los cuentos del primer libro: Agua de José María Arguedas, que relata la historia de amor que siente el niño Ernesto por una campesina adolescente llamada Justina, Ernesto por pertenecer al mundo de los blancos es rechazado por Justinacha, el
rechazo y la conciencia de ser “un mak’ tillo falsificado” le produce una frustración dolorosa cuando expresa: “yo me quedé fuera del círculo avergonzado, vencido para siempre”, el relato de amor se toma violento y perturbador para Ernesto cuando Justina es violada por el principal don Froilán.
Este acto de violencia sexual le produce odio no sólo contra el principal, sino, contra los propios indios, contra el Kutu y la misma Justina; que termina en una venganza compartida con el Kutu, azotando y rajando el lomo de los torillos de don Froilán, que al final los azotes le caerán en las espaldas de su propia conciencia, creándole un conflicto de odio y de dolor que el mundo le depara a un niño en su pequeña aldea de la sierra peruana. Este conflicto será superado cuando Ernesto toma la decisión de incorporarse (aún no plenamente) al mundo indígena, cuando en un acto reivindicativo, de arrepentimiento, de amor y de ternura pedirá perdón al animal flagelado.
Expresando de esta forma su visión anímica del mundo andino de respetar a la vida y la naturaleza como parte de ella. Ernesto cree incorporarse al mundo de los indios en contra de los blancos que defienden un mundo de explotación, de abusos e injusticias; entiende que Justina no será para él, sino de otro mayor que él, porque su amor era sólo un amor de niño: un Warma Kuyay.
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