Desde antiguo se ha venido cumpliendo el aforismo que reza soldar es bueno, pero no soldar es mejor. Esta sentencia no es otra cosa que un fiel reflejo de la expresiva sabiduría existente de la antigua técnica de la soldadura, interpretada
como una operación de ensamblaje, muy utilizada en el sector de la calderería, de la chapa hechurada y como operación de reparación de piezas rotas. La soldadura, a la par que solucionaba la unión de componentes metálicos, introducía en el metal base nuevos problemas derivados de la fragilidad del cordón de soldadura y de la zona afectada por el calor y problemas corrosivos originados por las heterogeneidades creadas en el proceso de unión.
Hacia la mitad del presente siglo la ciencia metalúrgica ha experimentado un notable incremento que ha servido de base a una tecnología desbordada. El conocimiento amplio y profundo del fenómeno de la solidificación del baño de soldadura, aparecido en los cordones y en los puntos, las investigaciones de las modificaciones microestructurales llevadas a cabo en la zona afectada por el calor de la soldadura y la posibilidad de crear, «in situ», atmósferas inertes y reductoras en el momento de la unión, han contribuido a diseñar sustanciales mejoras en los procedimientos convencionales de la soldadura. La incidencia de la nueva tecnología del automatismo en el ámbito de la soldadura también ha aportado revolucionarios resultados: los robots, con su sorprendente y perfeccionada técnica, implican rapidez, precisión y seguridad en su actuación.
Actualmente la soldadura, como procedimiento de unión entre partes de objetos metálicos, constituye el procedimiento de conformación metálica más versátil. Existe una gran variedad de aparatos, instalaciones, accesorios… metálicos de formas más o menos complejas, que se han fabricado gracias a la introducción del proceso de unión por soldadura en alguna de sus etapas del proceso productivo.
Las características técnicas y científicas del baño, de la zona afectada por el calor y del metal base son más conocidas cada día y, por ende, más controlables. De modo y manera que se ha alcanzado una cota de elaborada tecnología en la soldadura digna del mejor encomio.
Soldadura industrial: Clases y aplicaciones – Pere Molerá Sola
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