Este texto pretende proporcionar un marco de referencia al quehacer del orientador educativo, independientemente del sistema en el que labore, y tiene un enfoque de competencias. Ya que no existe una capacitación formal para quien se dedica a la orientación educativa, esta obra detalla con claridad cuáles son las áreas de interés del orientador e inscribe sus tareas en ámbitos de competencia distintos: ser, hacer, conocer y trascender. Asimismo, se plantean estrategias diversas para que el orientador desarrolle sus competencias.
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