Este artículo señala la necesidad de reforzar la enseñanza de la literatura en el bachillerato debido al papel que, en potencia, puede desempeñar en la formación integral de los estudiantes: en cuanto fuente de experiencia y comprensión humanas, permite al lector construirse a sí mismo y dotar de sentido a la propia experiencia; pero además, al crear mundos posibles que entran en competencia con el mundo conocido y proponer al lector diversos caminos para dotar de inteligibilidad al texto, incide en sus hábitos de comprensión, amplía sus horizontes de representación del mundo y estimula una mirada crítica y reflexiva.
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