El Marketing es quizás una de las áreas funcionales de las Empresas más dinámica, conflictiva, popular -y a la vez desconocida-, atrayente, generadora de pasiones encontradas y por si fuera poco, de una importancia capital para la supervivencia dinámica de las Empresas. En efecto, partiendo desde el mismo análisis de su contenido conceptual, ya encontramos que hay dos maneras de interpretar -igualmente válidas- la palabra Marketing: como filosofía y como función.
La primera interpretación -como filosofía conceptual- es un tanto abstracta y amplia: Márketing es una óptica, un estilo, un enfoque de la gestión empresarial que se caracteriza por una proyección de la Empresa hacia la Demanda. Para decirlo en pocas palabras, los negocios no comienzan en los tableros de
dibujo de los proyectistas de productos, sino en el análisis de las necesidades (o deseos) no satisfechas o deficientemente solucionadas de los Mercados. Esto, en otros términos, significa que "las Empresas deben tratar de fabricar lo que se puede vender y no tratar de vender lo que se puede fabricar". Como función, el Márketing ha experimentado una serie de sucesivas redifiniciones, cada una de las cuales fue ampliando el ámbito de su aplicación y enriquecido su contenido conceptual y operativo. De ahí su característica de dinámico. No es idea de la Cátedra infundir un excesivo respeto por las definiciones, pero es necesario tener una plataforma sobre la cual empezar a trabajar y, sobre todo, proveer un marco referencial que aproxime al estudiante a esta disciplina.
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