El vídeo juego cada vez es más importante no sólo como forma de ocio sino pedagógica. Hay dos aspectos en este enunciado. El primero es el atender al formato, el empleo de la infografía y del ordenador como herramientas con posibilidades de crecimiento exponencial. El segundo es la relación de lo lúdico con la enseñanza. Esto es una idea más antigua de lo que parece, pero en el caso informático aparece en el formato de los simuladores.
Esta aproximación al tema de la enseñanza en el arte es una oportunidad y una responsabilidad imposible de obviar.
El estudio de este fenómeno nacido a finales del siglo XX ha de entenderse como una oportunidad para extender las capacidades plásticas y narrativas de los artistas. Es desde luego, este enfoque desde las Bellas Artes en el análisis del videojuego, el que hace de este trabajo uno singular e inédito en muchos ámbitos, sobre todo en el panorama nacional.
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